No te mataría, no sería capaz de matar a nadie. Ni siquiera soy capaz de morder o pegar fuerte. Pero si murieses, me alegraría muchísimo. Iría a tu tumba a escupirte como nunca pude hacerlo. Cuestión de orgullo decías... Te deseo la muerte igual que tú me mataste a mí.
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